lunes, 23 de junio de 2008
Rock en Sotana
Se llama César, tiene 44 años y es rockero, características que posee más de uno en la Argentina. Lo que lo diferencia del resto es su segunda, pero no menos importante, vocación: es cura.
En una entrevista realizada por la revista barrial Mirando al oeste, el Padre César confesó su gusto por la música, a la que le dedica igual de tiempo que al sacerdocio. “Primero fui músico y gracias a la música descubrí todo esto. Las etapas más duras de mi vida y aún en el seminario, era cuando todavía no me había dado cuenta de que la música tenía que seguir estando. Porque yo me enroscaba en toda la situación de ser cura como todos los demás y eso me angustiaba, hasta que empecé a hilvanarlo y unirlo y mi historia comenzó a ser otra y cada vez es más linda”, cuenta.
Desde la Iglesia Sacratísimo Corazón de Jesús, en el barrio porteño de Villa Luro, en donde ejerce hace ya once años, César hace música: compone, canta y la ejecuta en el teclado que guarda en su estudio-casa. “Más que un pianista o cantante virtuoso soy un compositor y trato de componer toda clase de música, pero hay cosas que te representan más cuando las vas haciendo”.
Sin embargo, este humilde músico asegura que Dios y la música van juntas en su vida. “Mis letras están relacionadas conmigo y, como Dios está en mi, Él está en todo lo que voy haciendo y creo que cuando uno compone algo con cierta bronca, Dios sigue estando, porque respeta mi manifestación hacia lo que no entiendo porque soy un ser humano”, confiesa.
Entre sus composiciones se encuentran el himno de la Virgen Desatanudos y el himno a San Ramón, del cual se siente muy orgulloso: “El cura de ese momento de San Ramón estaba muy interesado en un himno que cantara la gente y me pidió que compusiera algo. Me entusiasmé porque este santo te daba un gran caudal de ideas. Es el patrono de las embarazadas, las mamás, de las que adoptan y todo está relacionado con la vida, es decir, cosas muy lindas, y de todo esto surgió el disco”.
A pesar de su ajetreada vida, César no para ni un segundo para dedicarse de lleno a sus hobbies. Entre sus proyectos está el lanzamiento de un nuevo disco. “Estoy trabajando con las canciones tradicionales de la Iglesia desde otra mirada. Creo que no existe la música nueva o vieja, lo lindo sigue siendo lindo y entonces me parece que hay canciones muy bellas que se pueden escuchar distintas si se les da otra orquestación. Me puse a trabajar con letras conocidas de todas las épocas y estamos a las puertas de grabarlas y van a salir algunas canciones mías también y pretendemos ir con ese disco por todas partes”, asegura.
Aunque su meta no es la fama, César se siente jacta de haber recibido invitaciones de colegas que escucharon su música y lo halagaron. “Varios rockeros me invitaron a cantar con ellos, suelo cantar con los Chebys Rockers y con los Malditos simuladores. Me parece que no le resulto molesto a nadie porque tampoco me vendo como el que tiene la verdad de la vida. Yo me siento, en todo caso, un aprendiz. Sigo aprendiendo piano, teología, psicología. La gran tentación que puede pasarnos es creer que sabés todo y la realidad es otra”.
Tanto en la Iglesia como arriba del escenario es “El Padre César”, así lo conocen y él está orgulloso de serlo. “No reniego de quien soy. Me siento una persona afortunada porque trato de crecer internamente y busco continuamente enriquecerme; me nutro con esa búsqueda. Para mi la fortuna tiene que ver con esto, lo demás va y viene, puede estar o no”.
Anabel Curtosi