Un tren. Y es la cita obligada de miles de turistas que llegan a la provincia de Tierra del Fuego. En el recorrido se pueden apreciar hermosos paisajes, conectarse con la naturaleza y además se puede aprender una parte de nuestra historia, el último ingrediente que se suma es la aventura que implica transitar el lugar más austral del mundo.
El viaje comienza en el camping municipal, bordea el río Pipo y se visitan chozas construidas por los indios Onas, para luego internarse en el Parque Nacional Tierra del Fuego.
Este sitio esta ubicado a
El pintoresco Tren del Fin del Mundo que hoy propone un espacio de recreación se creó con un sentido totalmente distinto. En los primeros meses del siglo XX funcionaba en Tierra del Fuego un penal en instalaciones precarias, allí se alojaban los delincuentes reincidentes de todo el país. En septiembre de 1902 comienza la construcción del establecimiento definitivo a manos de los mismos penados. Para poder trasladar los materiales desde las zonas aledañas se monta un tren en vías de madera.
“El Tren de los presos” como se lo conocía en la voz popular, no sólo fue una pieza fundamental para la construcción de la cárcel sino que también garantizó la leña para la cocina y la calefacción del lugar durante todo el año.
En 1947, el Servicio Penitenciario decide cerrar la cárcel y cinco años más tarde dejó de funcionar el tren. Tras 42 años sin servicio, en 1994 el “tren de los presos” retomó su histórico recorrido.
Marina Maceras